Cerdeña no es solo un oasis de playas y paisajes marinos para disfrutar del buen tiempo, su interior esconde tesoros arqueológicos, fiestas tradicionales, folklore, sabores y aromas todavía por descubrir.
Cerdeña también se puede recorrer a través de sus sabores. La isla ofrece la ruta del vino que parte desde el interior de la provincia de Carbonia Iglesias, conocida como Sulcis Iglesiente, hasta llegar a playas vírgenes visitando bodegas, enotecas, empresas vitivinícolas y sitios de interés arqueológico. Los ricos viñedos de esta zona producen Carignano doc, el vino rojo color rubí que casa a la perfección con otros productos locales como el aceite Girotonno carlofortino, el queso pecorino, las alcachofas o la miel.
Estas rutas permiten escapadas de tres días. Una de ellas recorre la costa de Cabo Sperone pasando por la ciudad blanca Calasetta y la antigua ciudad fenicia de la zona del Monte Sulcis Sirai. Otra opción es visitar la zona de Coi Casu con parada a Sant'Anna Aressi, las bodegas Carignano que cultivan los vinos Buio, Buio Buio, Meno Buio y Malombra, hasta las playas blancas de Porto Pino donde se encuentra un pinar único en Europa. Para combinar vinos y playas otra propuesta es visitar las pequeñas islas del archipiélago Sulcitano, el golfo de Gonnesa y la playa surfista de Portexeddu que contrastan con el paisaje áspero de los viñedos interiores.
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