El Castillo Bevilacqua, en la provincia de Verona, fue construido en el siglo XIV por el distribuidor Guglielmo Bevilacqua para defender su tierra de posibles invasiones.
En 1848 el castillo fue incendiado, y las cenizas del difunto Bevilacqua se esparcieron por el aire. Desde ese día, se dice que su espíritu vaga por las paredes de la fortaleza para defenderlo de cualquier amenaza y que se puede sentir su vozentre los árboles del jardín. Sus huéspedes pueden celebrar la noche de Halloween con una cena y un concurso de disfraces, y alojarse en una de sus coquetas suites, todas ellas diferentes, con una decoración que recuerda el pasado del castillo sin renunciar a ninguna comodidad actual.
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