sábado, 30 de octubre de 2010

Cerdeña, un destino virgén en el Mediterráneo

alghero cerdeña
Dicen que Cerdeña es uno de los últimos secretos del Mediterráneo. Sus calas, de un azul profundo, sus senderos que se adentran en las montañas y sus ciudades llenas de historia al borde de los acantilados, son sus principales atractivos.



ENRIQUE SANCHO – La isla italiana es una referencia del turismo de lujo, con su Costa Esmeralda en el que veranean las “celebrities” Ton Cruise, Denzel Washington o el mismísimo Berlusconi. Pero hay otra cara de la isla más natural y al alcance de todos, con muchas posiblidades para unas vacaciones diferentes. Es lo que nos propone por ejemplo Come Mai? con sus cursos de italiano con alojamiento en casas particulares, aderezado con cursos de cocina sarda, iniciación a las claves culturales de la isla, rutas en bicicleta, visitas y senderismo: una auténtica y placentera inmersión en la cultura italiana.

Lejos de los circuitos convencionales
Cerdeña es la segunda mayor isla del Mediterráneo, a sólo 180 kilómetros de la costa italiana y lejos de los circuitos más convencionales. La isla fue fenicia en la antigüedad, y más tarde dominio español pero sus habitantes presumen de su ascendencia genovesa o pisana. En su geografía quedan costumbres, dialectos, toponimias y edificios religiosos de turcos, moriscos, fenicios, austriacos e italianos. Para encontrar sardos puros tendremos que buscarlos en las montañas del centro, a la sombra de los 1800 metros del macizo de Gennargentu, una región intrincada de paisajes duros que curiosamente recibe el nombre de Barbagia (Tierra de forasteros).
Quienes escogen Cerdeña como destino, lo hacen sobre todo atraídos por sus costas: bellas, de aguas limpias y transparentes. Una vez allí descubren sin embargo que además hay mucha historia, ciudades de aire provinciano, como Cagliari y Sassari, enclaves refinados, como la costa Esmeralda, la más lujosa y turística y una gran riqueza histórica y arqueológica. Pero Cerdeña guarda también rincones solitarios a los que escaparse cuando llega el turismo masivo en verano a sus costas. En las carreteras hay poco tráfico y todo guarda un aire sosegado.. en definitiva, otra cara de Europa, en pleno corazón del Mediterráneo.
En Cerdeña se encuentran también algunas de las mejores playas del Mediterráneo. Las más bonitas son Cala Luna y Cala Sisina, entre rocas y acantilados. Más accesibles son las de Santa Margherita di Pula (cerca de Cagliari), Villasimius y la Costa Rei (en la costa suroriental) o las calas de arena entre rocas graníticas de la costa norte de la gallura y en el archipiélago de la Magdalena.
mapa cerdeña
La herencia española
Al visitante español le sorprende especialmente encontrar abundantes referencias a nuestro país en esta isla mediterránea. No hay que olvidar que Cerdeña fue propiedad de la corona catalano-aragonesa desde 1323,pasando luego a depender del Reino de España, tras la unificación de los Reyes Católicos, en 1479. Allí permanecimos hasta 1708, cuando tras la Guerra de Sucesión pasó a manos del imperio austriaco y luego a la casa de Saboya. De esta tierra rodeada partió Garibaldi, en 1861, en pos de la unificación de Italia.
La presencia española se observa en la arquitectura, en el catalán que se habla en Alghero y en la dedicación absoluta de los sardos a las fiestas.
alghero

Alghero
Los especialistas distinguen en la isla un estilo arquitectónico propio, deudor del gótico catalán y con influencias de la Italia continental. Los mejores ejemplos se encuentran en el norte. La catedral de Sassari o el casco viejo de Alghero en el que podemos admirar el Palazzo Machin, o la iglesia y el claustro de San Francesco.
Imagen
Cagliari

Además de la historia y de las playas, hay otros encantos casi secretos por descubrir, como el pueblo de Fordongiànus, que brinda la posibilidad de tomar un baño termal en plena naturaleza. Se trata de las antiguas termas romanas del Forum Traiani. Los que busquen un balneario como es debido pueden recalar en el Via Tigellio, en pleno barrio romano de Cagliari. Otra propuesta irresistive es el tren que recorre la región de la Barbagia, en unas tres a cinco horas, descubriendo paisajes inolvidables.
Otro de los lugares que no hay que perderse es la iglesia de San Giovani di Sinis. Se trata de un templo del siglo X vecino de la antigua iudad de Tharros, dominada sucesivamente por los fenicios, cartagineses y romanos. Si se prefieren los museos y los monumentos, la isla tiene nada menos que 19 museos y 99 momumentos de interés arqueológico. Los senderistas tienen un montón e propuestas, como la ascensión a la Punta La Marmora, con sus 1.834 metros que se coronan tras cuatro horas de camino, para descubrir desde lo alto un paisaje soberbio. Los que prefieran las playas, descubrirán algunas interminables y desiertas en los arenales de la costa este, y en particular en Capo Camino y sus campos de dunas En Alghero es muy recomendable la excursión en barco a la Grutta di Nettuno, con espectaculares formaciones de tipo calcáreo. También es posible darse un chapuzón desde la antigua ciudad cartaginesa de Tharros. Sus muros llegan al borde del agua donde no es difícil aún hallar restos de ánforas.

CÓMO LLEGAR
En avión Ryanair tiene conexiones directas desde Madrid, Girona y Reus (desde unos 70 euros ida y vuelta) a Cagliari y Alghero. www.ryanair.com
También es posible llegar a la isla desde Barcelona con Grimaldi Lines, un ferry que nos deja en Porto Torres – ciudad en la costa norte de Cerdeña, 40 km de Alghero) en doce horas de trayecto

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