lunes, 26 de septiembre de 2011

Toscana, la región con más balnearios de Italia

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Toscana es la región italiana que goza del número más elevado de infraestructuras. En su territorio, de hecho, hay 24 instalaciones, pues en la región son muchas las fuentes ricas en elementos naturales, nacimientos cuyas aguas, tras haber esculpido las rocas, ven la luz del sol formando maravillosas piscinas naturales en las que zambullirse, renovarse y encontrar el equilibrio físico y la serenidad interior.

 

En estos nuevos templos de la salud, que aúnan belleza y acogimiento, los tratamientos tradicionales se adaptan, con las nuevas tendencias, a aquellos orientados a la obtención de un equilibrio psicofísico completo. Los balnearios de Toscana son un reducto de lugares con encanto donde la naturaleza responde a las necesidades de la salud y el bienestar; prueba de ello es la eficacia de sus tratamientos, que contribuyen a la curación de importantes patologías como reumoartropatías, afecciones respiratorias y vasculopatías.

 

Los balnearios más famosos

Bagni di Lucca
Famosos por su manantial de agua caliente que contiene sulfuro y sal. Fue un lugar que estuvo muy de moda entre la alta sociedad de finales del s. XIX cuando visitantes ilustres como Byron y Shelley lo eligieron como destino de sus vacaciones. Si bien ya no es el más famoso balneario de la Toscana conserva su elegante atmosfera y el “charme” de su época de mayor esplendor.

Bagni Vignoni

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Es una antigua localidad termal situada al sur de la Toscana, y que cuenta con tres centros termales en los que disfrutar de las cualidades de sus piscinas inmersas en unos bellísimos paisajes. El pueblo de Bagno Vignoni está a pocos kilómetros de Pienza, una sugestiva y encantadora localidad que regala algunas de las estampas más bellas de la geografía Toscana.

Bagni San Filippo

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En esta bella localidad que se encuentra en la carretera que lleva desde Pienza hasta la Abbadia de San Salvatore se concentran cinco manantiales se aguas sulfurosas e importantes propiedades curativas, que han dado lugar a uno de los centros termales más visitados de la Toscana. Hay una gran variedad de alojamientos en la zona ocupados con frecuencia por viajeros ansiosos de disfrutar de los beneficios de estas aguas “mágicas”.

Chianciano Termeimage
Esta localidad se caracteriza por gozar del clima más saludable de la Toscana. Ha sido desde tiempos de los romanos un lugar en el que disfrutar de su agua curativa en un balneario realmente lujoso, punto de destino de viajeros procedentes de todo el mundo. Quien se decida por el balneario de Chianciano podrá disfrutar también de la interesante historia de la zona repleta de restos etruscos y donde aún ahora se realizan excavaciones que siguen llevando a interesantes hallazgos.

Montecatini Terme

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Es la mayor y más famosa de las estaciones termales ubicadas al oeste de Pistoia. De reconocida fama internacional por la elegancia y el suntuoso lujo de sus instalaciones, fue reconstruida por el Gran Duque Leopoldo de Toscana en el siglo XVIII y desde entonces este balneario ha mantenido una intensa actividad social y un continuo flujo de visitantes que disfrutan de las bondades de las aguas termales de la zona y de los famosos y reparadores baños de lodo. Es, con diferencia, uno de los balnearios más espectaculares y lujosos de toda Europa.
Termas de Saturnia

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Están ubicadas en la provincia de Grosseto, en una de las zonas más amadas por los habitantes de Roma que con frecuencia eligen esta área de la Toscana como destino de sus vacaciones. Saturnia es un moderno balneario en el que disfrutar de sus aguas curativas, nadar en sus lagunas termales o relajarse en las cascadas de agua caliente. De hecho Saturnia es un lugar ideal en los meses de invierno, durante los cuales se reduce el número de visitantes y se disfruta del calor de sus aguas rodeados de la belleza de un paisaje único.

La gran variedad de Termas de la Toscana son una excelente opción para quien desee transcurrir unas vacaciones de relax y descanso o para quien prefiera hacer un alto en el camino durante las largas jornadas de turismo y dedicar algún día de la estancia al “dolce far niente”.

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