domingo, 28 de noviembre de 2010

Lagos de Piamonte, el agua hecha obra de arte

Piamonte Cascata del Toce
Cita imprescindible en el Grand Tour de los viajeros del XIX, es uno de los lugares más elegantes de Europa




Texto: ENRIQUE SANCHO – Cuando se piensa en Piamonte, vienen a la imaginación sus montañas, que acogieron los últimos Juegos Olímpicos de invierno, su capital, Turín, con la Sábana Santa, sus museos y palacios; se piensa también en la Fiat y la Juventus, en el mejor chocolate del mundo, en las trufas y los arroces, en los excelentes vinos de Barolo, Barbera o Moscato d’Asti. Pero en Piamonte hay que pensar también en el agua.
El agua es la reina de Piamonte. En esta región, cruzada por ríos, torrentes y riachuelos, nace el río más largo de Italia, el Po, aunque nadie sabe muy bien el lugar exacto. En Val Formazza, el Toce, con un salto de 143 metros da origen a la segunda catarata más alta de Europa, para retomar después plácidamente su curso hasta el lago Maggiore, atravesando el páramo más vasto de Italia, situado en el Parque Nacional de Val Grande. T
ambién Piamonte es una región rica en aguas termales y en benéficas aguas minerales. Pero donde el agua adquiere su máxima dimensión es en el llamado Distrito de los Lagos, con el Orta, Mergozzo y Maggiore como protagonistas, aunque en Piamonte existen muchísimos otros lagos alpinos. Sólo en la zona de Cuneo son alrededor de 300 y un centenar en la zona alpina.

Con la exuberante belleza de los jardines, las arboledas, los paisajes y las montañas, con frecuencia nevadas, como fondo ideal para estos esplendorosos lagos, y con villas perfectamente conservadas, antiguos castillos y abadías, modernas zonas vacacionales de lujo y encantadores pueblos de pescadores que apenas han sufrido algún cambio durante el último siglo coexistiendo en una armonía casi sorprendente, se crea un escenario inigualable.
Y para que no falte nada, en medio de sus aguas transparentes, aparecen pequeñas islas cargadas de belleza, de arte y de historia. San Giulio, en el centro del lago Orta con su bello monasterio de clausura de las monjas benedictinas, la Isla de Pescatori y Madre en el Maggiore y, sobre todo, Isola Bella, también en el lago Mayor, donde Carlos Borromeo construyó su palacio familiar y sus deslumbrantes jardines.
Escala imprescindible del Grand Tour
A orillas de estos lagos ha pasado parte de la historia de Italia, se han estrechado relaciones y construido fortunas familiares: de San Carlos Borromeo a Garibaldi, de Manzoni a Rosmini. Por aquí pasan hoy los “peregrinos del siglo XXI”, que bajan desde el norte y se dirigen hacia el sol del Mediterráneo. Pero no es solamente una zona de paso sino que miles de europeos eligen Italia como meta precisamente por los lagos piamonteses, atraídos por su encanto y su belleza paisajística. Son los herederos de los primeros grandes viajeros que atravesaron los Alpes y, bajando en carrozas por el Paso del Sempione a mediados del siglo XIX, se asomaron para descubrir el “Belpaese”, en lo que entonces se conocía como etapa imprescindible del Grand Tour.
En esos tiempos, por el camino encontraban solamente “dos hoteles, tres cafés, seis posadas y una tienda de licores”. Célebres escritores plasmaron en sus páginas la belleza de estos lugares. De Stendhal, enamorado admirador del Lago Maggiore, a Ernest Hemingway, huésped del Grand Hotel des Iles Borromées de Stresa donde escribió algunas de las páginas más hermosas y dramáticas de “Adiós a las armas“; desde Honoré de Balzac y Friedrich Nietzsche dos personajes embrujados por el Lago de Orta, hasta Piero Chiara, extraordinario contador de historias y gentes de los lagos de la época contemporánea.

Ahora quien viaja por la orilla piamontesa obviamente no ve ya las posadas y las tiendas de licores, sino el ambiente, la belleza del paisaje y los colores que han permanecido intactos. El recorrido bien puede comenzar por el Lago Maggiore, el antiguo Verbanus. Para comprender su majestuosidad y encanto conviene subir con el teleférico desde Stresa hasta la cima del Mottarone, la montaña “panettone” desde donde se goza de un espectáculo incomparable que abarca desde Suiza hasta la llanura.
Arte y naturaleza unidos
La primera impresión es la de la propia Stresa, que muestra un espectáculo impresionante, a orillas del lago Maggiore, rodeado por un paseo con hileras de palmeras, jardines de flores, fachadas de elegantes hoteles y las magníficas Isole Borromee, que, como por arte de magia surgen de las aguas del lago. El arte y la naturaleza en esta zona se han unido de modo extraordinario: un ejemplo es Villa Pallavicino, residencia del siglo XIX de estilo neoclásico tardío, que se encuentra en el centro de un gran parque lleno de flores y árboles centenarios. Actualmente esta villa se ha transformado en un original parque zoológico.
También abajo, el Jardín Alpinia, joya botánica en la colina que domina Stresa con sus 540 especies y Villa Taranto en Pallanza, una obra maestra construida por orden del capitán escocés McEacharn que enriqueció este hábitat con 20.000 especies vegetales procedentes de todo el mundo. El golfo Borromeo destaca por sus tres islas: Pescatori, Bella y Madre. Aquí la antigua familia de los Borromeo sigue reinando y conserva sus habitaciones privadas que los príncipes de la estirpe lombarda visitan en verano.
El majestuoso edificio barroco que domina la Isola Bella es una continua y sorprendente sucesión de salas decoradas ubicadas en cuatro plantas. Superando la planta baja que se asoma hacia un pórtico con arcadas, se llega hasta la primera planta donde, alrededor del gran salón de fiestas utilizado para el recibimiento y la representación, se halla la Sala de las Columnas, de estilo neoclásico, la Sala de la Música, cuyo nombre deriva de los valiosos instrumentos musicales expuestos y la Sala de las Medallas, que conserva medallas de madera dorada que representan los acontecimiento más importantes de la vida de San Carlos Borromeo. Siempre en esta planta, se encuentra la Galería de los Tapices donde se guardan valiosos tapices de elaboración flamenca realizados durante el siglo XVI. La cubierta con bóvedas de esta sala está decorada con rosones de oro sobre un fondo blanco. De especial interés son las cuevas artificiales embellecidas con motivos marinos. Terminada la visita al Palacio, se puede visitar lo que se considera, con razón, el ejemplo más extraordinario de jardín barroco de estilo italiano donde las gigantescas hortensias compiten con la rara belleza de los pavos reales albinos.
Las aguas del lago, hoy surcadas por veleros, lanchas de motor, barcos y aliscafos, hace 500 años se utilizaban como vía fluvial natural de comercio con Lombardía. El Duomo de Milán se construyó con mármol de Candoglia, una cantera casi perenne situada en las montañas cerca de Baveno. Actualmente se sigue empleando este mármol rosa para las obras de restauración del Duomo. Historia, tradición, cultura y música: las Semanas Musicales de Stresa y del Lago Maggiore se han convertido en una cita ineludible para los expertos y amantes de la música.
Religión y tradición

Por todos lados se nota la presencia de un pasado ligado a fuertes tradiciones religiosas: especialmente en Arona, donde la estatua-coloso de San Carlos nos recuerda la presencia e influencia de esta familia. A pocos kilómetros de distancia el panorama y el escenario cambian completamente. Nos encontramos ahora en la placita-salón de Orta, llamada la “Capri de los lagos”. Aquí el filósofo alemán Nietzsche se enamoró perdidamente de una jovencita, no siendo correspondido, y escribió su obra maestra “Zarathustra”, fechada simbólicamente “Von Orta On”, es decir “de Orta en adelante”. Frente a ella, un espectáculo que deja con la boca abierta: la isla de San Giulio y el monasterio de clausura de las monjas benedictinas.
Orta San Giulio es uno de los pueblos medievales más bellos de Italia. Se caracteriza por sus estrechos callejones, por los que poder pasear entre tiendas y antiguos palacios con balcones realizados en hierro forjado debido a la influencia del arte florentino que duró hasta el siglo antepasado, y los pórticos abiertos hacia los jardines que descienden hacia el lago. Si nos alejamos del centro histórico, podemos encontrar dos especiales residencias: Villa Crespi, un palacio de finales del siglo XIX, de estilo morisco con minarete y efectos arquitectónicos sorprendentes, hoy convertida en hotel y restaurante de lujo, y la Casa Marangoni, conocida como la Casa dei Nani (Casa de los Enanos) que constituye el edificio más antiguo de Orta ya que parece que sus orígenes se remontan al siglo XIV, y cuyo nombre deriva de las cuatro pequeñas ventanas situadas encima del arquitrabe de madera.
Y justo detrás del pueblo se encuentra una de las maravillas de la región, que ha merecido ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata del Sacromonte dedicado a San Francisco de Asís. Realizado entre finales del siglo XVI y la segunda mitad del XVII, este complejo religioso comprende la iglesia de S. Nicola de Mira y 20 capillas que se suceden en un recorrido entre una densa y bien repartida vegetación con árboles seculares, lugares de reposo para la meditación y vistas panorámicas del lago. Las capillas contienen en total 376 estatuas de terracota variada y tamaño natural y grandes ciclos de frescos que narran episodios de la vida de San Francisco, desde el nacimiento a la canonización.
Ya al final del recorrido, dejamos el “emperador” y el “príncipe” del sistema lacustre piamontés y vamos a conocer las otras pequeñas riberas situadas entre los montes. Empezamos por Mergozzo, engastado entre el Lago Maggiore y el de Orta. Después Viverone, a los pies de la Sierra de Ivrea, donde se han encontrado restos de asentamientos sobre palafitos. No muy lejos está el castillo de Roppolo con la Bodega Regional della Serra, santuario del Erbaluce de Caluso. El Lago de Candia, en el Canavese, donde viven protegidas 400 especies vegetales y 190 de aves. Del noreste de Piamonte pasamos a la provincia de Turín con los lagos de Avigliana, el característico burgo medieval, antigua sede de la residencia de los Saboya, que en 1.300 tenía una casa de la moneda, un banco y una torre con reloj.

Más información:

www.regione.piemonte.it

www.piemontefeel.org/

www.distrettolaghi.it
COMO IR:

Iberia (www.iberia.com) tiene varios vuelos directos a Turín o Milán desde Madrid y Barcelona por unos 450 euros ida y vuelta. Ryanair (www.ryanair.com) tiene vuelos desde Girona a Turín y Venecia y mantiene tarifas de promoción permanentes a partir unos 30 euros, ida y vuelta. También puede llegarse a Turín desde Barcelona en el tren-hotel de Elipsos (www.elipsos.com).

VIAJES ORGANIZADOS:

Iberojet (www.iberojet.es) propone diversos circuitos de cinco días/cuatro noches, incluyendo vuelos, alojamiento y desayuno y circuito en autocar por precios que rondan los 800 euros. En la red de 700 agencias de Viajes Iberia (www.viajesiberia.es) pueden organizar un viaje a medida, eligiendo el recorrido y las noches de estancia en cada lugar y moviéndose con un coche de alquiler.

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